It's just another monday, 8:30 am, hundreads of people rush throug the crowded streets of New York, nothing seems different from any other day, and nothing is. Everybody seems in a hurry many of them are late for work, some others have just a little time to make it safely to work, nontheless they all gather at different coffe shops to buy a cup of the second item ,behind oil, that sells the most all around the world. Some one orders a latte, anothe one orders a macchiato, regular, spresso, and the clerks, with the speed of light manage not to mix the orders and one by one left the store with a disposable platic white cup in their hands.
The same normal monday, but somewhere around France, more exactly, around Paris people also go to work, they seem also in a rush, but somehow a bit more relaxed, the enter into the nearest or favorite brasserie, get a spot on the counter and ask for a spresso, or a cafe au lait; politics, work and every topic you could imagine is discussed in a relaxed and somehow a bit intellectual ambience. As the beverage finishes the customers pay and leave the brasserie.
Something we have forgot is all the ritual that accompanies coffe drinking, it's just not a beverage to get a grip on when we're feeling still tired to have that extra boost to help us endure work, it is just the perfect drink for any occasion and best served in a porcelain cup. It's a drink which magic has been long forgotten and still kept in secret in a few realms across somo countries in Europe in which coffe means the perfect break, the perfect ocassion to discuss with our co-workers or friends a piece of our lives, a piece of our passions and hopes. But somehow we've managed to turn that magic into a quick order in a drive-through of a Caramel soy milk frapuccino venti.
11 de noviembre de 2009
15 de octubre de 2008
Macbeth
Macbeth y Banquo regresan victoriosos de una campaña, en la cual a medio camino, le es presagiado a Macbeth, que éste sería proclamado barón (thane) de cierta región escocesa y que posteriormente sería nombrado rey; mientras que a Banquo a pesar de no tener linaje real, le sucederían sus descendientes en el trono. Acto seguido Macbeth es nombrado thane. Cosa curiosa que en Shakespeare, el misticismo sea un tema tan recurrente a lo largo de su obra, curioso de igual manera que los personajes implicados en la misma siempre caigan embelesados por lo profetizado y busquen y encuentren la manera de cumplir la profecía.
A lo que me refiero con esto, es que, Macbeth cae en las redes de lo profetizado por las brujas y presa de ésto, busca por todos los medios el lograr convertirse en rey y habiéndolo logrado mantenerse en el poder buscando el mismo misticismo que profetizó su ascensión al trono, para mantenerse en el mismo.
Esto me hace pensar que en gran cantidad de ocasiones las profecías shakesperianas, no son más que una simple manifestación de la psiche de los personajes, pensamientos que encuentran mayor fuerza narrativa en la aparición de las moiras más que en una manifestación de su ego hablando.
Todo esto es dado por la victoria que Macbeth obtiene en la campaña castrense y ve en esto, la oportunidad perfecta de obtener el trono. La codicia y ambición de su esposa hacen eco en los pensamientos de Macbeth encontrando en ella la fuerza para perpetrar tan bajo acto de traición y vileza. Sin embargo, la aparición de las tres brujas, tiene de igual manera una magnitud importantísima, ya que, si obviamos mi argumento anterior de la manifestación de la psyche del personaje, el hecho que las brujas profeticen la ascensión de Macbeth, implica que deseos oscuros nazcan en el corazón del personaje, el cual, viendo en su esposa que dicha ambición es justificable urda el plan para hacerlo.
Dado lo anterior surge otra pregunta importantísima ¿Era realmente importante el delito de Macbeth? La fatalidad del personaje caen en proporciones edípicas, donde por más que se busque el cumplir o no cumplir una profecía, el peso del futuro es irremediable y a su vez irrefrenable; ¿Hubiese caído sobre la casa de Macbeth tales desgracias en caso de que hubiese echo oídos sordos a la predicción de las moiras? Los 3 demonios (en el sentido platónico de la palabra) urgen a Macbeth en caer en deslealtad para así después, ser castigado por el destino perdiendo así a su esposa, su recién adquirido reino y en últimas instancias su vida.
Macbeth entonces se convierte no en el despiadado asesino, sino, en una presa del destino donde los dioses, juguetean con la vida de sus creaciones siendo para ellos, una mera diversión el presenciar la desdicha de sus creaturas. Pierde por dicha profecía el libre albedrío, siendo este el rasgo de humanidad que nos diferencia de los animales, no es más que un mero títere orillado por su circunstancia a cometer actos impensables. Bien decía Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia, si no la salvo a ella no me salvo yo” Macbeth pierde toda capacidad de lo anterior y Banquo, su antiguo amigo y compañero de armas es en realidad el verdadero vencedor, ya que aún habiendo sido asesinado, imprime en Macbeth un sentimiento de culpa, que apesadumbra el alma, llenando de obscuridad el ya de por sí reducido panorama de Macbeth.
Es el vencedor ya que su linaje venga la traición cometida por Macbeth y repone una corona legítima donde el traidor, es derrocado estableciendo lo que con anterioridad había sido predicho.
Aún así, siendo un títere de los dioses, su albedrío no es del todo coartado, ya que, la ambición juega un papel importantísimo a lo largo de la obra. Dota a la obra en ocasiones de una irracionalidad de proporciones apoteósicas, es en la ambición donde Macbeth encuentra su libertad, pues es ésta, la que en últimas instancias le orilla a sus tan funestas acciones; es la ambición de su mujer la que le orilla a alucinar sus manos manchadas de sangre, presa del “pavor” (fear como dice el original en inglés) originado por la congoja de cargar en sus manos con sangre inocente.
La ambición es entonces un arma de dos filos, entendida desde el concepto de la obra, es por tanto una ambición malentendida, ya que, sin importar los medios, el satisfacerla, acarrea a los hombres a la irracionalidad con anterioridad mencionada.
Cosa paradójica entonces la ambición, pues siendo el factor de libertad, al dejarse guiar por ella, degenera en una total e irremediable perdida de la libertad; convirtiéndose no tan solo en un títere de su destino, sino en un títere ciego deambulante por los pasillos de la vida el cual va trastabillando sin control para toparse únicamente con la irremediabiliad de su propia muerte, circunstancia a la cual nadie se salva.
Esta obra tan llena de claro-oscuros (mayormente domindada por la oscuridad) es de una fuerza gigante, presa de múltiples interpretaciones, sin embargo, encuentro en las palabras de A. W. Schlegel, a propósito de la Orestíada de Esquilo, una verdad gigantesca: "La poesía trágica no había producido nada más grandioso ni más terrible".
A lo que me refiero con esto, es que, Macbeth cae en las redes de lo profetizado por las brujas y presa de ésto, busca por todos los medios el lograr convertirse en rey y habiéndolo logrado mantenerse en el poder buscando el mismo misticismo que profetizó su ascensión al trono, para mantenerse en el mismo.
Esto me hace pensar que en gran cantidad de ocasiones las profecías shakesperianas, no son más que una simple manifestación de la psiche de los personajes, pensamientos que encuentran mayor fuerza narrativa en la aparición de las moiras más que en una manifestación de su ego hablando.
Todo esto es dado por la victoria que Macbeth obtiene en la campaña castrense y ve en esto, la oportunidad perfecta de obtener el trono. La codicia y ambición de su esposa hacen eco en los pensamientos de Macbeth encontrando en ella la fuerza para perpetrar tan bajo acto de traición y vileza. Sin embargo, la aparición de las tres brujas, tiene de igual manera una magnitud importantísima, ya que, si obviamos mi argumento anterior de la manifestación de la psyche del personaje, el hecho que las brujas profeticen la ascensión de Macbeth, implica que deseos oscuros nazcan en el corazón del personaje, el cual, viendo en su esposa que dicha ambición es justificable urda el plan para hacerlo.
Dado lo anterior surge otra pregunta importantísima ¿Era realmente importante el delito de Macbeth? La fatalidad del personaje caen en proporciones edípicas, donde por más que se busque el cumplir o no cumplir una profecía, el peso del futuro es irremediable y a su vez irrefrenable; ¿Hubiese caído sobre la casa de Macbeth tales desgracias en caso de que hubiese echo oídos sordos a la predicción de las moiras? Los 3 demonios (en el sentido platónico de la palabra) urgen a Macbeth en caer en deslealtad para así después, ser castigado por el destino perdiendo así a su esposa, su recién adquirido reino y en últimas instancias su vida.
Macbeth entonces se convierte no en el despiadado asesino, sino, en una presa del destino donde los dioses, juguetean con la vida de sus creaciones siendo para ellos, una mera diversión el presenciar la desdicha de sus creaturas. Pierde por dicha profecía el libre albedrío, siendo este el rasgo de humanidad que nos diferencia de los animales, no es más que un mero títere orillado por su circunstancia a cometer actos impensables. Bien decía Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia, si no la salvo a ella no me salvo yo” Macbeth pierde toda capacidad de lo anterior y Banquo, su antiguo amigo y compañero de armas es en realidad el verdadero vencedor, ya que aún habiendo sido asesinado, imprime en Macbeth un sentimiento de culpa, que apesadumbra el alma, llenando de obscuridad el ya de por sí reducido panorama de Macbeth.
Es el vencedor ya que su linaje venga la traición cometida por Macbeth y repone una corona legítima donde el traidor, es derrocado estableciendo lo que con anterioridad había sido predicho.
Aún así, siendo un títere de los dioses, su albedrío no es del todo coartado, ya que, la ambición juega un papel importantísimo a lo largo de la obra. Dota a la obra en ocasiones de una irracionalidad de proporciones apoteósicas, es en la ambición donde Macbeth encuentra su libertad, pues es ésta, la que en últimas instancias le orilla a sus tan funestas acciones; es la ambición de su mujer la que le orilla a alucinar sus manos manchadas de sangre, presa del “pavor” (fear como dice el original en inglés) originado por la congoja de cargar en sus manos con sangre inocente.
La ambición es entonces un arma de dos filos, entendida desde el concepto de la obra, es por tanto una ambición malentendida, ya que, sin importar los medios, el satisfacerla, acarrea a los hombres a la irracionalidad con anterioridad mencionada.
Cosa paradójica entonces la ambición, pues siendo el factor de libertad, al dejarse guiar por ella, degenera en una total e irremediable perdida de la libertad; convirtiéndose no tan solo en un títere de su destino, sino en un títere ciego deambulante por los pasillos de la vida el cual va trastabillando sin control para toparse únicamente con la irremediabiliad de su propia muerte, circunstancia a la cual nadie se salva.
Esta obra tan llena de claro-oscuros (mayormente domindada por la oscuridad) es de una fuerza gigante, presa de múltiples interpretaciones, sin embargo, encuentro en las palabras de A. W. Schlegel, a propósito de la Orestíada de Esquilo, una verdad gigantesca: "La poesía trágica no había producido nada más grandioso ni más terrible".
14 de octubre de 2008
Jorge Luis Borges y el Aleph
Comentarío atinadísimo de un compañero del colegio:
Yo-"No puedo pararme frente a un salón a dar una ponencia del aleph, seguramente nadie sabe lo que es el aleph"
Él: "Ni jorge Luis Borges tiene idea de que es el aleph..."
Yo-"No puedo pararme frente a un salón a dar una ponencia del aleph, seguramente nadie sabe lo que es el aleph"
Él: "Ni jorge Luis Borges tiene idea de que es el aleph..."
28 de septiembre de 2008
Cambio
Conversaba con mi amigo D. sentados desayunando, cuando él, vació gran cantidad de azucar en su plato sin intención alguna. Le expliqué que no debía desperdiciar dado que gran cantidad de personas no tenían para siquiera una taza de azucar. Nos enfrascamos en esa discusión por largo tiempo. Al final y a modo de parafrasear lo que dijo quedamos en que él percibe que el mundo es un asco, que no hay remedio para él, que sin importar lo que él haga o deje de hacer, no habrá un cambio y que no importaba que desperdiciará esa azucar, puesto que él iba a pagar por el desperdicio y que todo aquello que él usara para los fines que él deseara siempre y cuando pagara por ellos, no era desperdicio. Aunado al hecho de que el mundo se iba a acabar, el precio del petroleo sería insostenible y demás cantidad de factores económicos, sociales y políticos que desencadenan todo una sería de males para la humanidad que terminarán por destruirla.
Increíblemente termine regañado yo y tachado de idealista puesto que yo defendía la postura (creyendo firmemente en ella) de que uno es la semilla del cambio, el que una persona decida y se proponga actuar por el bien de los demás, movido por el amor al projimo y como enseña San Mateo en el Evangelio cuando el Señor aparta a los de su izquierda por no haberle socorrido éstos le preguntan:
25.44 "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo."
El problema es grande y sería pretencioso el buscarle solución en tan escazas líneas, sin embargo, creo que hay muy poca conciencia social desarrollada en éste país, el individualismo exacerbado es palpable a cada momento en nuestra sociedad mexicana. Sentimientos apátridas afloran por doquier, el afán de escapar de aquí es latente en todas las esferas sociales. Mi postura se basa en que a los que más se les ha dado más se les pedirá y es nuestro deber como ciudadanos y más aún como hombres, el buscar dar un giro copernicano a esta sociedad y a diferencia de D. sabernos partícipes e involucrrnos en el ansia de bienestar ya que uno contagia a cien.
Después de todo, si D. tiene razón el acelerador de Hadrones tendrá a bien crear un hoyo negro y terminarnos.
1 de septiembre de 2008
Oh! mio babbino caro!
Famosa aria de la ópera escrita por Giacomo Puccini que por título lleva Gianni Schicci, el aria es de una belleza increíble y he de reconocer una de mis favoritas. Hasta el día de hoy no tenía conocimiento de la ópera y no puedo esperar por encontrar una grabación que le haga justicia a tan hermosa letra y musicalización.
La versión que conozco desde hace ya tiempo es interpretada por Dame Kiri Te Kanawa, lo cual, debe decir ya mucho sobre la maestría con que la prima donna la interpreta, ojala encuentre una grabación de esta ópera en el Deutsche Grammaphon...
Como curisidad, buscando el video anterior encontré el adscrito aquí abajo que demuestra, que en los deportes también hay gran belleza!
La versión que conozco desde hace ya tiempo es interpretada por Dame Kiri Te Kanawa, lo cual, debe decir ya mucho sobre la maestría con que la prima donna la interpreta, ojala encuentre una grabación de esta ópera en el Deutsche Grammaphon...
Como curisidad, buscando el video anterior encontré el adscrito aquí abajo que demuestra, que en los deportes también hay gran belleza!
23 de julio de 2008
2 de julio de 2008
Homenaje
"Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo"
Salvador Elizondo, El Grafógrafo (1970)
17 de junio de 2008
A state of Wonder; Goldberg Variations
Las variaciones de Goldberg
“Hay algo de divino en ellas, algo más de lo que el oído se aventura a descubrir. Es un jeroglífico y una lección ensombrecida del mundo entero y de las criaturas de Dios; tal melodía tanto al oído como al mundo, bien entendida, valdría la pena dicho entendimiento. En pocas palabras, es una forma sensible de entender la sublime armonía que intelectualmente suena en los oídos de Dios” Sir Thomas Browne Religio Medici (1643)
¿Qué es lo que tienen la variaciones de Goldberg, que después de tantos años, no pierden su belleza?, ¿Cómo es posible que una pieza de 1742 abarrote salas de gente deseosa de escuchar tan magnífica obra?
Los sentidos se exaltan al escuchar una a una las variaciones, es sublime el sentimiento que despierta en nosotros, nos contagia de cierta alegría, su ternura y ornamentación son fantásticas. Es en todo sentido, una obra de arte destinada a perdurar por siempre en la memoria del mundo.
¿Como es entonces que nacieron dichas variaciones? Es el primer biógrafo de Johann Sebastian Bach, Johann Nikolaus Forkel, el que nos da cuenta de tan maravilloso nacimiento:
El conde Keyserling, era el embajador de Rusia en la corte de Dresden. La música siempre fue la pasión del conde así que en su casa en la ciudad de “Neustadt”, se rodeo de grandes y talentosos músicos, tal es el caso del joven Johann Gotlieb Goldberg; en el año de 1740, el conde Keyserling, manda llamar al renombrado Bach con el fin de instruir al joven Goldberg.
El conde, sufría de problemas de insomnio, lo cual le hacía pasar infinidad de noches sin dormir; el joven músico era el encargado de tocar el clavecín para él, con el fin de ayudarle a conciliar el sueño.
Es así como el embajador de Rusia le encarga a Bach la creación de algunas piezas de clavecín para que Goldberg las interpretara en sus noches de insomnio para así lograr conciliar el sueño.
El artista decidió que lo mejor para satisfacer dichos deseos era el crear una serie de variaciones, ya que al repetirse el mismo acorde harmónico, lograría el efecto requerido. Bajo la pluma del maestro, las variaciones se convirtieron de una petición a una hermosa realidad, el conde agradecido, entregó a Bach una copa de oro llena de cien Louis d’ors (equivalente al pago de un año como compositor de la corte).
A partir de entonces el conde llamaba a dichas piezas “sus variaciones” y en sus peores noches le pedía a su querido Goldberg le interpretará alguna de sus variaciones.
La pianista Angela Hewitt apunta al respecto: “Es en la armonía donde Bach crea una sólida base, sobre la cual construye un hermoso edificio que es tanto sublimemente proporcionado como asombrosamente variado”
Gran cantidad de artistas ha tocado las variaciones de Goldberg, sin embargo, me atrevo a decir que su máximo y mejor intérprete es el canadiense Glenn Gould, el cuál, tiene seis versiones publicadas (1954, 1955, 1957, 1959, 1964, 1981)
Es con su versión de 1955 con la que se hace famoso, en una época en la que Bach era considerado por la sociedad como un músico clásico para eruditos.
Su interpretación es profundísima, las tocatas y zarabandas encuentran en el piano del canadiense una fuerza imponente, el ritmo es un tanto acelerado quizá, pero preciso.
Su piano suena alegre, el salto de sus manos impresionante, es todo un deleite el mirar a Gould interpretar al clásico alemán. La versión de 1980 esta impregnada de una nostalgia y un romanticismo exquisitos, más lenta que su versión de 1955 (51 minutos vs. 39, claro está, que en esta versión incluye algunas de las repeticiones) su canturreo a la hora de interpretar le da una solemnidad que nos obliga a escuchar en silencio tan maravillosa obra, la forma en la que acaricia las teclas de su piano quita el aliento de cualquiera, a cada nota le da un pedazo de su corazón. Toca con una furia desbocada, que no por eso, le quita recogimiento y calidez a cada una de las variaciones.
Su interpretación de la variación número 13 – una de las más emotivas – es capaz de hacer vibrar el alma, su canturreo es evidente en esta variación, nos comparte la sensación de volverse uno con Bach, el entenderlo es superfluo, sin embargo ayuda sobremanera a nuestra apreciación intelectual de la obra, nos transporta a otro lugar, el acompañamiento de una mano izquierda que no se pierde ante el contrapunto es sublime.
Los saltos que da hacia el final enchinan nuestra piel, nos dejan en una ataraxia total; el cambio de manos es imperceptible al oído, los cromatismos musicales nos sumergen en un profundo sueño, el cual, poco a poco va terminando por un alegre jugueteo de la variación 14.
Tanta ornamentación en la partitura nos transporta a un mundo barroco, parece existir un horror vacui gigantesco en Bach, sin embargo, un artista de su talla, es capaz de reír de las reglas haciendo de la ornamentación algo necesario para la obra.
El recogimiento del cual se hablo con anterioridad, es evidente en la variación número 15, el canon es de una tristeza sorprendente, el estilo andante de la misma le proporciona fluidez; poco a poco, la profunda fe de Bach se percata de que tal tristeza es vana, vacía, existen cientos de razones para no tenerla. Poco a poco, como en un acto de fe, la interpretación crece, nos transmite esperanza, pasamos a la variación 16.
Así podría ahondar en cada una de las variaciones, el canon de la 27 es glorioso, el aria de apertura y el aria final son fantásticas, la introducción de temas del folklore alemán le dan una alegría infantil, una alegría que el más disciplinado de los hombres no podrá dejar de lado, una alegría que le infundirá un sentimiento extraño de paz, de saber que hay muchas mas cosas en la vida que el trabajo, cosas como el mirar el ancho cielo y el profundo mar… con un melancólico Gould interpretando detrás.
Las interpretaciones de Gould son toda una leyenda, es aclamado por unos como censurado por los ortodoxos seguidores de Bach; la excentricidad de Gould lo llevó a experimentar con Bach en el piano, esto lo consagró.
“Hay dos tipos de personas en el mundo: Los que conocen las variaciones de Goldberg y los que no; entre los que las conocen de igual forma hay dos: los que las entienden y los que no.”
Es preciso escuchar a Gould para comenzar a entender la belleza que hay en ellas. Cada vez que uno las escucha, es una oportunidad más de entender en ellas algo nuevo, la fragilidad de un hijo, lo infinito de Dios, lo hermoso de los atardeceres, la calidez de un abrazo… ¿Qué desea encontrar?
En verdad si es una forma sensible de entender la sublime armonía que intelectualmente suena en los oídos de Dios; poseen un poder de curación impresionante, uno se siente reconfortado al escucharlas, es capaz de conciliar el sueño ó paradojicamente no lograr conciliarlo por terminar de escucharlas.
Todo esto sale de que recien adquirí mi Cd Glenn Gould llamado "A state of wonder" donde vienen las grabaciones de 1955 y 1981 más aparte un Cd de entrevista a Glenn Gould, es una obra fantástica con una hermosa caja y unas ilustraciones interiores increíbles. Gran cantidad de datos acerca de la obra del artista, recomendaciones, forma de escuchar las variaciones; en fin es un cuerno de la abundancia.
At age 13 Gould had an epiphany about the power of imagination. He recalled that, because of the noise of a nearby vacuum cleaner, "In the softer passages [of a Mozart fuge I was playing] I could sense the twactile relation with the keybord... and I could imagine what I was playing, but couldn't actually hear it." He later claimed after perfoming the Goldberg's: " The purpose of art is not the release of a momentary ejection of adrenalin but rather the gradual, lifelong construction of a state of wonder and serenity."
"La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía" Ludwig van Beethoven
"Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música" Aldous Huxley
“Hay algo de divino en ellas, algo más de lo que el oído se aventura a descubrir. Es un jeroglífico y una lección ensombrecida del mundo entero y de las criaturas de Dios; tal melodía tanto al oído como al mundo, bien entendida, valdría la pena dicho entendimiento. En pocas palabras, es una forma sensible de entender la sublime armonía que intelectualmente suena en los oídos de Dios” Sir Thomas Browne Religio Medici (1643)
¿Qué es lo que tienen la variaciones de Goldberg, que después de tantos años, no pierden su belleza?, ¿Cómo es posible que una pieza de 1742 abarrote salas de gente deseosa de escuchar tan magnífica obra?
Los sentidos se exaltan al escuchar una a una las variaciones, es sublime el sentimiento que despierta en nosotros, nos contagia de cierta alegría, su ternura y ornamentación son fantásticas. Es en todo sentido, una obra de arte destinada a perdurar por siempre en la memoria del mundo.
¿Como es entonces que nacieron dichas variaciones? Es el primer biógrafo de Johann Sebastian Bach, Johann Nikolaus Forkel, el que nos da cuenta de tan maravilloso nacimiento:
El conde Keyserling, era el embajador de Rusia en la corte de Dresden. La música siempre fue la pasión del conde así que en su casa en la ciudad de “Neustadt”, se rodeo de grandes y talentosos músicos, tal es el caso del joven Johann Gotlieb Goldberg; en el año de 1740, el conde Keyserling, manda llamar al renombrado Bach con el fin de instruir al joven Goldberg.
El conde, sufría de problemas de insomnio, lo cual le hacía pasar infinidad de noches sin dormir; el joven músico era el encargado de tocar el clavecín para él, con el fin de ayudarle a conciliar el sueño.
Es así como el embajador de Rusia le encarga a Bach la creación de algunas piezas de clavecín para que Goldberg las interpretara en sus noches de insomnio para así lograr conciliar el sueño.
El artista decidió que lo mejor para satisfacer dichos deseos era el crear una serie de variaciones, ya que al repetirse el mismo acorde harmónico, lograría el efecto requerido. Bajo la pluma del maestro, las variaciones se convirtieron de una petición a una hermosa realidad, el conde agradecido, entregó a Bach una copa de oro llena de cien Louis d’ors (equivalente al pago de un año como compositor de la corte).
A partir de entonces el conde llamaba a dichas piezas “sus variaciones” y en sus peores noches le pedía a su querido Goldberg le interpretará alguna de sus variaciones.
La pianista Angela Hewitt apunta al respecto: “Es en la armonía donde Bach crea una sólida base, sobre la cual construye un hermoso edificio que es tanto sublimemente proporcionado como asombrosamente variado”
Gran cantidad de artistas ha tocado las variaciones de Goldberg, sin embargo, me atrevo a decir que su máximo y mejor intérprete es el canadiense Glenn Gould, el cuál, tiene seis versiones publicadas (1954, 1955, 1957, 1959, 1964, 1981)
Es con su versión de 1955 con la que se hace famoso, en una época en la que Bach era considerado por la sociedad como un músico clásico para eruditos.
Su interpretación es profundísima, las tocatas y zarabandas encuentran en el piano del canadiense una fuerza imponente, el ritmo es un tanto acelerado quizá, pero preciso.
Su piano suena alegre, el salto de sus manos impresionante, es todo un deleite el mirar a Gould interpretar al clásico alemán. La versión de 1980 esta impregnada de una nostalgia y un romanticismo exquisitos, más lenta que su versión de 1955 (51 minutos vs. 39, claro está, que en esta versión incluye algunas de las repeticiones) su canturreo a la hora de interpretar le da una solemnidad que nos obliga a escuchar en silencio tan maravillosa obra, la forma en la que acaricia las teclas de su piano quita el aliento de cualquiera, a cada nota le da un pedazo de su corazón. Toca con una furia desbocada, que no por eso, le quita recogimiento y calidez a cada una de las variaciones.
Su interpretación de la variación número 13 – una de las más emotivas – es capaz de hacer vibrar el alma, su canturreo es evidente en esta variación, nos comparte la sensación de volverse uno con Bach, el entenderlo es superfluo, sin embargo ayuda sobremanera a nuestra apreciación intelectual de la obra, nos transporta a otro lugar, el acompañamiento de una mano izquierda que no se pierde ante el contrapunto es sublime.
Los saltos que da hacia el final enchinan nuestra piel, nos dejan en una ataraxia total; el cambio de manos es imperceptible al oído, los cromatismos musicales nos sumergen en un profundo sueño, el cual, poco a poco va terminando por un alegre jugueteo de la variación 14.
Tanta ornamentación en la partitura nos transporta a un mundo barroco, parece existir un horror vacui gigantesco en Bach, sin embargo, un artista de su talla, es capaz de reír de las reglas haciendo de la ornamentación algo necesario para la obra.
El recogimiento del cual se hablo con anterioridad, es evidente en la variación número 15, el canon es de una tristeza sorprendente, el estilo andante de la misma le proporciona fluidez; poco a poco, la profunda fe de Bach se percata de que tal tristeza es vana, vacía, existen cientos de razones para no tenerla. Poco a poco, como en un acto de fe, la interpretación crece, nos transmite esperanza, pasamos a la variación 16.
Así podría ahondar en cada una de las variaciones, el canon de la 27 es glorioso, el aria de apertura y el aria final son fantásticas, la introducción de temas del folklore alemán le dan una alegría infantil, una alegría que el más disciplinado de los hombres no podrá dejar de lado, una alegría que le infundirá un sentimiento extraño de paz, de saber que hay muchas mas cosas en la vida que el trabajo, cosas como el mirar el ancho cielo y el profundo mar… con un melancólico Gould interpretando detrás.
Las interpretaciones de Gould son toda una leyenda, es aclamado por unos como censurado por los ortodoxos seguidores de Bach; la excentricidad de Gould lo llevó a experimentar con Bach en el piano, esto lo consagró.
“Hay dos tipos de personas en el mundo: Los que conocen las variaciones de Goldberg y los que no; entre los que las conocen de igual forma hay dos: los que las entienden y los que no.”
Es preciso escuchar a Gould para comenzar a entender la belleza que hay en ellas. Cada vez que uno las escucha, es una oportunidad más de entender en ellas algo nuevo, la fragilidad de un hijo, lo infinito de Dios, lo hermoso de los atardeceres, la calidez de un abrazo… ¿Qué desea encontrar?
En verdad si es una forma sensible de entender la sublime armonía que intelectualmente suena en los oídos de Dios; poseen un poder de curación impresionante, uno se siente reconfortado al escucharlas, es capaz de conciliar el sueño ó paradojicamente no lograr conciliarlo por terminar de escucharlas.
Todo esto sale de que recien adquirí mi Cd Glenn Gould llamado "A state of wonder" donde vienen las grabaciones de 1955 y 1981 más aparte un Cd de entrevista a Glenn Gould, es una obra fantástica con una hermosa caja y unas ilustraciones interiores increíbles. Gran cantidad de datos acerca de la obra del artista, recomendaciones, forma de escuchar las variaciones; en fin es un cuerno de la abundancia.
At age 13 Gould had an epiphany about the power of imagination. He recalled that, because of the noise of a nearby vacuum cleaner, "In the softer passages [of a Mozart fuge I was playing] I could sense the twactile relation with the keybord... and I could imagine what I was playing, but couldn't actually hear it." He later claimed after perfoming the Goldberg's: " The purpose of art is not the release of a momentary ejection of adrenalin but rather the gradual, lifelong construction of a state of wonder and serenity."
"La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía" Ludwig van Beethoven
"Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música" Aldous Huxley
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