28 de septiembre de 2008

Cambio

Conversaba con mi amigo D. sentados desayunando, cuando él, vació gran cantidad de azucar en su plato sin intención alguna. Le expliqué que no debía desperdiciar dado que gran cantidad de personas no tenían para siquiera una taza de azucar. Nos enfrascamos en esa discusión por largo tiempo. Al final y a modo de parafrasear lo que dijo quedamos en que él percibe que el mundo es un asco, que no hay remedio para él, que sin importar lo que él haga o deje de hacer, no habrá un cambio y que no importaba que desperdiciará esa azucar, puesto que él iba a pagar por el desperdicio y que todo aquello que él usara para los fines que él deseara siempre y cuando pagara por ellos, no era desperdicio. Aunado al hecho de que el mundo se iba a acabar, el precio del petroleo sería insostenible y demás cantidad de factores económicos, sociales y políticos que desencadenan todo una sería de males para la humanidad que terminarán por destruirla.
Increíblemente termine regañado yo y tachado de idealista puesto que yo defendía la postura (creyendo firmemente en ella) de que uno es la semilla del cambio, el que una persona decida y se proponga actuar por el bien de los demás, movido por el amor al projimo y como enseña San Mateo en el Evangelio cuando el Señor aparta a los de su izquierda por no haberle socorrido éstos le preguntan:

25.44 "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo."

El problema es grande y sería pretencioso el buscarle solución en tan escazas líneas, sin embargo, creo que hay muy poca conciencia social desarrollada en éste país, el individualismo exacerbado es palpable a cada momento en nuestra sociedad mexicana. Sentimientos apátridas afloran por doquier, el afán de escapar de aquí es latente en todas las esferas sociales. Mi postura se basa en que a los que más se les ha dado más se les pedirá y es nuestro deber como ciudadanos y más aún como hombres, el buscar dar un giro copernicano a esta sociedad y a diferencia de D. sabernos partícipes e involucrrnos en el ansia de bienestar ya que uno contagia a cien.
Después de todo, si D. tiene razón el acelerador de Hadrones tendrá a bien crear un hoyo negro y terminarnos.

1 de septiembre de 2008

Oh! mio babbino caro!

Famosa aria de la ópera escrita por Giacomo Puccini que por título lleva Gianni Schicci, el aria es de una belleza increíble y he de reconocer una de mis favoritas. Hasta el día de hoy no tenía conocimiento de la ópera y no puedo esperar por encontrar una grabación que le haga justicia a tan hermosa letra y musicalización.

La versión que conozco desde hace ya tiempo es interpretada por Dame Kiri Te Kanawa, lo cual, debe decir ya mucho sobre la maestría con que la prima donna la interpreta, ojala encuentre una grabación de esta ópera en el Deutsche Grammaphon...



Como curisidad, buscando el video anterior encontré el adscrito aquí abajo que demuestra, que en los deportes también hay gran belleza!