30 de mayo de 2007

Espera

Querido lector:

Pido la paciencia de los que visitan este espacio y tan amablemente dedican unos minutos a la lectura del mismo; me es menester informarles que este espacio podrá sufrir un poco de descuido de mi parte. ¿Razón? El día de hoy escribo mis últimas líneas desde México pues volaré hacia el viejo continente en aras de expander mi conocimiento y así, encontrar otro más de cultura que aquellos países tienen por ofrecer. ¡Salud!

16 de mayo de 2007

La familia posmoderna

A últimas fechas, observamos a una sociedad que hundida en el materialismo vive con la intención de satisfacer los placeres individuales; quizá lo anterior parezca una contradicción a el lector, puesto que ¿Cómo es posible hablar de una sociedad individualista, cuando por definición el hombre es un zoon politikon como bien dijo Aristóteles?

En esto radica gran parte de la problemática que se pretende señalar en este trabajo; puesto que tal individualización de la sociedad se debe en gran parte a la familia de hoy, a la familia posmoderna.

Primeramente será necesario aclarar que es la posmodernidad: La posmodernidad, surgió como un movimiento natural en oposición al modernismo, el cual buscaba todo a través de la razón; el hombre, sumido en la desesperación al ver que la razón y el tan anhelado progreso unicamente habían sido capaces de traer desgracias, guerras y hambre, decide huir, buscando únicamente el satisfacer sus placeres individuales de una forma un tanto superflua, cayendo así en un consumismo desenfrenado, hedonista y materialista sin más.

El hombre pierde toda esperanza en la razón, poco a poco se va alejando del virtuosismo característico de edades pasadas e irremediablemente arrostra tras de sí toda institución. La virtud queda reducida a un segundo plano, olvidando la enseñanza nicomaquea:



" la virtud se manifiesta en un doble aspecto: uno intelectual, otro moral; la virtud intelectual proviene en su mayor parte de la instrucción o educación...., mientras que la virtud moral es hija de los buenos hábitos; de aquí que, gracias a un leve cambio, de la palabra costumbre -ethos- , viene moral, ética".[1]

Falsamente el hombre se arroja a buscar una pseudo-eudaimonia la cual cree encontrar en los bienes no necesarios no naturales, sean estos, la riqueza, la fama, el poder y demás superficialidades que sirven como una especie de “pantalla” ante la sociedad.

Se le podrá culpar a la sociedad, al gobierno, a las circunstancias y demás factores ajenos; sin embargo parece menester el aclarar que dicha devaluación social que poco a poco se ha ido presentando es únicamente culpa del núcleo familiar. Es en casa donde se fomentan tanto valores como virtudes, los individuos en aras de obtener su tan ansiada libertad viven por sí, para sí y en sí, olvidando con esto que el hombre como se dicho con anterioridad es un animal político. Jürgen Habermass predica una vida libre de dominación, sin las atarudas del tabajo buscando únicamente lo útil.[2]

¿Esto en que se relaciona con la familia? Simple, desde jóvenes, los infantes son enseñados en buscar el realismo del dinero, que se acomoda a todas las tendencias y necesidades, siempre y cuando tengan poder de compra.[3] Se relajan los valores y se exacerba la búsqueda del placer.


Primordialmente me parece importante señalar, que uno de los valores perdidos es el de la prudencia, el sentido común, ha pasado a ser el menos común de los sentidos, los padres han perdido de vista que la familia es la base de toda sociedad y que lo inculcado en sus infantes desembocará en la sociedad del mañana.

“El bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo; pero se reviste de un carácter mas bello y más divino cuando interesa a un pueblo y a un Estado entero”[4]

¿Cuál es ese bien que los padres están enseñando a las futuras generaciones? Me parece se les esta enseñando un pseudo bien, un subjetivismo; se ha perdido una visión ética, la ética es importantísima puesto que se dedica a ayudar al hombre a buscar el bien, el telos (fin) de su vida; el fin del hombre como es bien sabido es buscar la felicidad.

Anteriormente se han enumerado distintos factores que la sociedad en general busca para llegar a su fin último, la felicidad, sin embargo se ha olvidado que todos los placeres anteriores no son en sí el fin último; el dinero procura bienestar, empero, el dinero se acaba, su obtención es a base de trabajo o de hurto si se le desea, y poseerlo no implica el ser felices. La fama tampoco es de facto el bien último puesto que el ser famosos no viene de nosotros, sino de la aceptación que los demás tengan para con nosotros. De igual forma el placer no es eudaimonico, ya que este termina y nos deja con un sentimiento de vacío al actualizarse aquella potencia que nos producía placer, por lo cual hemos de aventurarnos a la obtención de un placer de mayor intensidad y duración.


Todo lo anterior ha sido dicho para demostrar que estas pseudo-alegrías no constituyen nuestro fin último, si bien es cierto que nos producen algo de felicidad, es de igual forma verdadero que no constituyen la felicidad; son simples medios que nos acercan a la misma. No con esto se busca decir que la felicidad trascienda al hombre, pues de ser así, su alcance si sería imposible para nosotros por encontrarse totalmente ajeno a nosotros, Aristóteles dice al respecto "No es la salud lo que considera el médico, sino la salud del hombre y, acaso mejor, la salud de tal hombre, porque es al individuo a quien cura"

Evidentemente, la virtud no es innata al hombre, ser imperfecto por naturaleza, por lo cual ha de ser educado en la misma con el fin de lograr el perfeccionamiento de la misma.
Las virtudes se adquieren a través de la costumbre, el ejercicio y el hábito. Nos acostumbramos a algo cuando repetidamente obramos de tal manera que se convierte en un hábito de nuestra conducta. No podremos ser justos sólo conociendo qué es la justicia. Debemos ejercitarla y a practicarla hasta convertirla en un hábito de nuestro comportamiento. Únicamente practicando la justicia, se puede llegar a serlo.

Es cierto de igual forma que no todo hábito es bueno, por lo cual es necesario encontrar el justo medio para no caer ni en el exceso ni en el vicio. La prudencia, resaltada con anterioridad, debe ser la virtud por excelencia, es está la que nos ayuda a discernir entre las cosas no necesarias y necesarias, por medio de la enseñanza de ésta, seríamos capaces de encontrar el justo medio logrando así convertir a los infantes en personas de bien.




Es aquí donde los padres tienen una gran falla, proveen a sus hijos de medios que los hagan iguales a la sociedad, siendo tachados de “raros” aquellos guiados y enseñados en la virtud. "Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa" frase dicha en la antigüedad y con una resonancia fuerte en la actualidad.

Es interesante observar el fenómeno de los divorcios y su exponencial crecimiento en éstas fechas, prueba fehaciente de la falta de compromiso de la sociedad, el matrimonio ha dejado de verse como institución y ha olvidado el mandato divino “Lo que Dios une no lo deshace el hombre”, ahora simplemente se piensa en el matrimonio como si se tratase de un juego, en el cual dos participantes comparten su vida y al menor altercado, la solución mas sencilla es la de huir.
De igual forma legislaciones pro-abortistas defienden la tan ansiada libertad, dándole a las madres la opción de terminar con la gestación de sus bebes cuando éstos interfieran con los planes de la futura madre. El ser humano a pasado de ser un fin en sí mismo a un simple objeto del cual podemos hacer uso para convenir a nuestros intereses.

A todo esto, me parece importante resaltar la importancia de los valores en la familia, para que ésta logre un impacto social positivo; es responsabilidad de los padres el fomentar en sus hijos el hábito de la prudencia para ayudarles a discernir del bien y el mal, haciéndole saber que un solo individuo no es capaz de auto sustentarse y que necesita de una sana convivencia con los demás ayudándose de la justicia para lograrlo; pues si en la familia no aseguramos una sana convivencia, el estado será incapaz de resolverlo pues se verá rebasado.

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[1] Aristotéles; EN, Bk 1103 b.
[2] HABERMASS Jürgen: El discurso filósofico de la modernidad, en El pensamiento postmetafísico. Taurus. Madrid, 1990
[3] LYOTARD, Jean-François. La condición postmoderna. Informe sobre el saber. Trad. de Mariano Antolín Rato. Cátedra, Madrid, 1998.
[4] EN; I,2

8 de mayo de 2007

Mi musa

Partió a tierras lejanas, partió y sin decir adios. Se ha llevado consigo verdes praderas del mas fino pasto, se ha llevado ilusiones, se ha llevado mi pasión.

¿Que se hace cuando se va tu musa? La espera es interminable, a solas duele la nostalgia, la expectativa crece y la infinidad del tiempo se acrecenta y se vive.

Se ha ido mi musa, el misterio es grande, entenderlo es complejo vivirlo es tormentoso...


A mi musa

Feria nacional de San Marcos 2007

El fin de semana pasado, viaje en compañía de algunos amigos a la feria de san Marcos.
¡Que impresión! increíble ciudad, preciosa de día y divertidísima de noche con algo que hacer para todos los gustos. Me ha encantado; podría escribir renglones enteros sobre esto, sin embargo no planeo aburrirles, solo dejo un video de la corrida a la que asistí, en pantalla "El Zotoluco"