Hace algunos días, me tomé la libertad de publicar una entrada en la cual copie una entrevista a monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, en cuyas palabras, encontré un bastión de resistencia a la inminente despenalización del aborto en México. De entre los pocos comentarios recibidos entre mis queridos lectores, hubo algunos me dejaron (por decirlo de manera coloquial) la "espinita" de decir un poco más sobre el tema.
"Quienes pretenden despenalizar el aborto para defender los derechos de la mujer, con eso están matando a otro ser humano y sus derechos; y se trata del ser más indefenso, sujeto enteramente a lo que los ya vivos decidan respecto a él. Por eso el aborto es un verdadero crimen."[1]
Algunos me dirán sin embargo, que una mujer tiene el derecho a elegir sobre su propio cuerpo, que si la mujer en cuestión desea abortar, es obligación del estado el proveerle los medios suficientes para tal operación y de una manera higiénica.
Me gustaría recordarles que el individuo que se está gestando en el seno de la madre, es una persona con características irrepetibles, con un código único y que posee una dignidad a priori.
Al momento de la concepción el sujeto es un ser viviente, el más indefenso de todos; ahora bien el determinar en que momento el individuo en cuestión cruza la delgada línea de la no-vida a la vida es un problema de carácter ontológico y de difícil explicación la ciencia dice que el crecimiento del embrión se da de modo coordinado, continuo y gradual; sin saltos cualitativos y con diferenciación progresiva que da origen a la formación de los tejidos y los órganos. Me ha dado mucha risa el escuchar que el embrión antes de llegar a ser embrión es un pre- embrión; ¡Dios mío! Que cosa más estúpida, ¿Me está diciendo acaso que antes de ser un ser humano, todos nosotros somos una especie de ranas, por lo cual es justificable la experimentación en dichos seres biológicos de naturaleza no definida? ¡Por favor! Al escribirlo no puedo entender como una persona es capaz de decir semejante idiotez.
A continuación copio parte de un comentario recibido:
“Aceptada esta verdad elemental, vemos que en el ser humano, tanto espermatozoides como óvulos son células, unidades de vida al igual que las neuronas, los leucocitos, los hepatocitos o los odontoblastos. Cuando un espermatozoide fecunda a un óvulo, se forma una nueva célula, distinta a las dos que le dieron origen, pero sigue siendo una célula. La diferencia fundamental es que esa nueva célula contiene la información genética de los dos potenciales progenitores del individuo que está por producirse, pero que aún no lo es. El hecho de que esa célula-huevo sea el resultado de esa fecundación del gameto femenino por parte del masculino, no le confiere el estatus de individuo biológico, pues no puede sobrevivir de manera independiente a quienes sí son individuos biológicos: la madre y el padre. Solamente los individuos biológicos pueden desarrollarse y sobrevivir de manera independiente a otros de su misma y de otras especies, gracias al proceso de diferenciación y especialización de sus partes. En el caso de los vertebrados superiores, grupo al cual pertenece el ser humano, ni embriones ni fetos pueden considerarse individuos biológicos pues carecen del desarrollo que les permite alcanzar esa independencia en su existir, aunque estén compuestos de células y, por lo tanto, haya vida en ellos, pero no individuación. Por esa sencilla razón, la destrucción de una célula o un conjunto de células cualquiera del ser humano no puede ser considerada un homicidio.”
Pondré dos ejemplos:
Tengamos a un individuo biológico de raza humana de apenas 1 semana de nacido; el individuo en cuestión, ha logrado a través de la gestación la diferenciación y especialización de sus partes, sin embargo, no muestra rasgos de conciencia ni dignidad, evidentemente tampoco es capaz de alcanzar una independencia en su existir, por lo cual, me parecería lógico despenalizar el asesinato masivo de bebes.
Pongamos por otro lado el caso de un sujeto adulto, el cual, a causa de un percance a perdido su capacidad de raciocinio y elección pues se encuentra sumido en un profundo estado de coma; en el no hay señales de poder vivir independientemente, por lo cual sería igualmente ético el desatender a pacientes con dicho padecimiento y similares.
Julio Muñoz Rubio habla de la “ultraderecha ignorante” y expone argumentos que ruborizan al lector de vergüenza ajena: “Si la tesis antiabortista de la ultraderecha fuera correcta tendríamos que extenderla a cualquier modalidad de pérdida celular. Cualquier hemorragia sería un asesinato de células del tejido sanguíneo y tendría que ser sujeto de persecución legal, en algunos casos con la atenuante de la involuntariedad del "homicidio", como en la menstruación, pero no lo sería así en el caso de la pérdida de células del tracto bucal expulsadas en un escupitajo, o en la extracción de una muela, menos aún en la amputación de un miembro. En todos esos ejemplos existe una masiva pérdida de células de uno u otro tipo. Hay pérdida de vida, a veces consciente y voluntaria.”[2]
Sr. Muñoz Rubio, con todo respeto me es en extremo risible que haya sido capaz de publicar dicho comentario; la perdida de esas células no puede ser considerada homicidio, puesto que no poseen esa dignidad humana ontológica, simplemente son un compuesto de nuestra humanidad por así decirlo. Si fuese posible enfrascar alguna de esas células poniéndole dentro de un ambiente en el cual el crecimiento de la misma fuese propenso, es evidente que la hemoglobina produciría hemoglobina y no un ser humano nuevo con necesidades y derechos.
El derecho más importante que el ser humano tiene es el derecho a la vida, un embrión es incapaz de defender este derecho, así que el que unos asambleístas se arrojen a defender el derecho a abortar de las personas que así lo deseen, perdone usted amable lector, pero me parece irracional. Es obligación del estado el proteger a los individuos por nacer y de proporcionarles los medios para su crecimiento tanto social, personal y laboral.
“Monseñor Aguilar Martínez: Cuando la Iglesia católica sostiene un «no» decidido al aborto, es porque está sosteniendo un «sí» valiente y firme a la vida, especialmente de los más indefensos que no son las mujeres, sino los bebés que se están gestando en el vientre de las mujeres.”
Como opinión personal, me parece que “nuestros legisladores” aceptaran la despenalización del aborto, sin embargo quisiera pedirles un poco de conciencia y dejar a criterio del médico el practicar o no practicar abortos con el fin de que dicha práctica no se oponga a sus principios. Es en los valores donde podemos hacer la diferencia, en la educación y propagación del mensaje de vida, no en marchas ni movilizaciones que harán eco en la asamblea.
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[1] Entrevista a monseñor Rodrigo Aguilar Martínez cfr. http://lacajadeschroedinger.blogspot.com/2007/03/no-al-aborto.html
[2] Jorge Muñoz Rubio cfr. http://www.jornada.unam.mx/2007/03/24/index.php?section=politica&article=020a2pol
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