13 de marzo de 2007

La caja de Schrödinger

El experimento del gato de Schrödinger o paradoja de Schrödinger es un experimento imaginario, diseñado por Erwin Schrödinger para exponer uno de los aspectos más extraños, a priori, de la mecánica cuántica.
Supongamos un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una
partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere. Al depender todo el sistema del estado final de un único átomo que actúa según la mecánica cuántica, tanto la partícula como el gato forman parte de un sistema sometido a las leyes de la mecánica cuántica.
Siguiendo la
interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el gato está en un estado tal que está vivo y muerto a la vez. En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar al gato modifica su estado, haciendo que pase a estar solamente vivo, o solamente muerto.
Esto se debe a una propiedad física llamada
superposición cuántica.
La paradoja ha sido objeto de tanta controversia (y de discusión no sólo científica, sino hasta filosófica) que Schrödinger llegó a afirmar que "cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola".

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Tovaaaaaaarrrrrr...... yo tambien pienso en sacar mi... no espera no tengo un arma, pero enserio es desesperante, seamos realistas porfavor.

Blascone dijo...

A ver Tovar... el gato no está vivo y muerto a la vez!! Simplemente no sabes cuál es la realidad... En cierta manera, te concedo ambas, pero en potencia ya que tú, al no abrir la caja, no sabes cuál está actualizada, pero no significa que el gato sea un muerto viviente...

snakearian dijo...

Estimado, si no abres la caja nunca estaras seguro, tan imprecindible es el gato....y si se muere que?
Me gusto el experimento, pero me parece tan cruel y sadico como el de meter el mismo gato al microondas..
saludos

david-. dijo...

Los aristotélicos queréis resolverlo todo con potencias. Y pistolas.

Unknown dijo...

Me parece que la caja cerrada nos da la oportunidad de construir, el gato puede estar vivo o muerto (no es subejetivismo): No, -contestan todos- el gato está vivo o está muerto. (tranquilos todos ¿no crees?) Ahora imagina que sí: el gato no puede estar vivo y muerto al mismo tiempo, y ¿si sí? Y ¿si sí? (percibo una respiración agitada en mi interior y en los que escuchan).
Eso es ficción, eso hacen los artistas, apostar por otra mirada.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Suscribo a Gino.

Y añado otro experimento:

cuando yo era pequeño, puse un frijol dentro de un recipiente de Gerber. Además coloqué algodón y agua. El frijo creció. Y no había paquetes cuánticos de energía de por medio.

Pero ya en serio, me parece sorprendente ese asunto. Ahora, es más sorprendente este otro, que sugiere Chesterton (gracias, oh Gino, por presentármelo):
es tan fantástico y sorprendente que la carretera(lo mexicanizaré) entre Méjico y Querétaro lleve de Méjico a Querétaro. O que cuando se camine desde la Ave. de la Paz hacia Revolución, al final, en la esquina, uno se tope de frente con Revolución.

Aunque sugiero la explicación que hace de esto Chest en The man who was thursday (¿fue ahí o en alguna de las aventuras de Father Brown?)

Meruti Mellosa dijo...

Pobre gato... Mejor metan una cámara a ver qué pasa.