21 de marzo de 2007

No al aborto

Entrevista con monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, obispo de Tehuacan y presidente de la Comisión Episcopal de Familia, Juventud y Laicos de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

¿Cuáles serían las consecuencias de la despenalización del aborto en la capital, para el resto del país?

Monseñor Aguilar Martínez: En la realidad de México, lo que sucede en el Distrito Federal sirve como ejemplo a seguir en el resto del país. En el anterior gobierno federal, los criterios venían marcados por la Secretaría de Salud; ahora parece que las cosas han cambiado: la Secretaría de Salud está manejando una postura más firme en la defensa de la vida humana, pero ha dejado que sean el Distrito Federal y los estados quienes discutan y legislen al respecto para sus propios territorios.

¿Hay alguna «transmisión de ideas» en este renglón a los demás congresos de los estados?

Monseñor Aguilar Martínez: El tema del aborto que está discutiéndose en el DF, nos interesa para el resto del país no sólo por esa cadena que se puede provocar a nivel nacional, sino por la gravedad misma del aborto, donde quiera que se pretenda legislar sobre él. El aborto provocado, es la muerte deliberada y directa de un ser humano en cualquier etapa que va desde la concepción hasta el nacimiento. Quienes pretenden despenalizar el aborto para defender los derechos de la mujer, con eso están matando a otro ser humano y sus derechos; y se trata del ser más indefenso, sujeto enteramente a lo que los ya vivos decidan respecto a él. Por eso el aborto es un verdadero crimen.

La postura de la Iglesia católica, ¿es puramente de fe o, igualmente, posee bases científicas sólidas?

Monseñor Aguilar Martínez: La postura de la Iglesia católica no es solamente de fe, sino que está sustentada en claras y precisas bases científicas. Hay cuatro hechos demostrados por la ciencia: primer hecho, cuando la célula femenina -o sea el óvulo- queda fecundada por la célula masculina -o sea el espermatozoide- se tiene la concepción. El óvulo fecundado por el espermatozoide se llama cigoto y es un nuevo embrión, o sea un organismo nuevo, el cual, aunque se va gestando dentro del cuerpo de la mujer, tiene un patrimonio genético diferente del de la mujer.

Segundo hecho científico, este organismo pertenece a la especie biológica humana, basta analizar el número y la naturaleza de los cromosomas.

Tercer hecho, el cigoto es un organismo programado, que no es simplemente la suma de los códigos genéticos del papá y la mamá, sino que es un ser con un proyecto y un programa nuevos, que no ha existido antes y no se repetirá jamás. En ese programa genético están las características del nuevo individuo, por ejemplo la estatura, el color de los ojos, hasta el tipo de enfermedades genéticas a las que estará sujeto.

Cuarto hecho, la ciencia dice que el crecimiento del embrión se da de modo coordinado, continuo y gradual; sin saltos cualitativos y con diferenciación progresiva que da origen a la formación de los tejidos y los órganos.

¿En qué tiempo ocurre dentro del vientre de la madre?

Monseñor Aguilar Martínez: El desarrollo y la diferenciación del embrión son muy rápidos. A las cinco semanas de su concepción, el embrión humano apenas mide un centímetro, pero diversos órganos ya han empezado a tomar forma. A los dos meses la forma del cuerpo ya está completa. En adelante no necesitará más que refinar sus funciones y crecer. De los dos a los nueve meses multiplicará veinte veces su estatura y mil veces su peso. El desarrollo continuará después del nacimiento, durante toda la vida. Si los legisladores pretenden despenalizar el aborto antes de las catorce semanas, que adviertan los datos de la ciencia en esa etapa de formación del embrión. Sencillamente, que observen lo espeluznante de las fotografías o videos de un aborto provocado.

¿Hay posibilidades de influir entre los legisladores?

Monseñor Aguilar Martínez: No veo, personalmente, mucha posibilidad de diálogo con los legisladores más aguerridos en la intención de despenalizar el aborto. Si se pudiera abrir a un plebiscito, espero que la ciudadanía participe amplia y sensatamente, con verdadero criterio humano.

La postura de la Iglesia, ¿se sigue tomando «como una imposición»?

Monseñor Aguilar Martínez: Al reiterar la postura de la Iglesia católica, no pretendo imponer esta doctrina, sino hacer ver cómo se fundamenta, acentuando el aspecto científico. El aborto no es válido en ningún caso; porque se trata de una nueva vida humana, que ya tiene derecho a nacer y vivir. Ni siquiera es válido el aborto cuando ha sido por violación: en este caso hay que castigar al violador y ayudar a sanar biológica, psicológica y moralmente a la mujer violada, pero favoreciendo que concluya su embarazo y si no quiere quedarse con su criatura, que la pueda dar en adopción.

¿Advierte usted un sesgo pernicioso en el uso del lenguaje por parte de los legisladores pro-aborto?

Monseñor Aguilar Martínez: Sí, ésa es otra situación que se está dando, ya desde hace tiempo, que se va cambiando el significado de los términos; por ejemplo se pretende hablar de embarazo hasta que el óvulo fecundado se implanta en el útero; sin embargo la ciencia ya ha definido que el embarazo se da con la fecundación o concepción misma, sin esperar a la implantación del embrión.

¿A la Iglesia se le seguirá tachando de «negativa» por posturas como ésta?

Monseñor Aguilar Martínez: Cuando la Iglesia católica sostiene un «no» decidido al aborto, es porque está sosteniendo un «sí» valiente y firme a la vida, especialmente de los más indefensos que no son las mujeres, sino los bebés que se están gestando en el vientre de las mujeres.

¿Sigue habiendo excomunión para quienes permiten el aborto?
Monseñor Aguilar Martínez: Para ratificar la defensa de la vida humana desde la concepción y, por lo mismo, para reafirmar la gravedad de quien atenta contra esa vida humana del más indefenso, la Iglesia sostiene la excomunión automática para quien procura el aborto y que éste se produzca.

Dicen los legisladores del Distrito Federal que se trata de evitar la muerte de mujeres que abortan clandestinamente: ¿es ésa la solución adecuada?

Monseñor Aguilar Martínez: La solución para que no aumenten las muertes de mujeres por abortos clandestinos, no es legalizar el aborto; esto sólo provocará mayor cantidad de embarazos no deseados, más riesgos de infecciones y de VIH-SIDA y, en general, mayor degradación de la dignidad humana. La auténtica solución es revalorar la dignidad humana, incluida la sexualidad, la cual no consiste solamente en cuerpo, emociones y placer; sino que incluye a toda la persona en sus aspectos biológicos, psicológicos y espirituales. La sexualidad implica nuestro modo de pensar, de reaccionar y de actuar como varones o como mujeres. Cuando la sexualidad incluye la genitalidad, es porque la unión de cuerpos y de corazones quiere abrirse a la posibilidad de una nueva vida humana, participando entonces en la colaboración de la «obra maestra de Dios», que es un nuevo ser humano.
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FUENTE: catholic.net
Autor: El Observador

TEHUACAN, lunes, 19 marzo 2007

7 comentarios:

snakearian dijo...

Estimado, me parece interesante el tema que usted pone hoy... noto a traves de sus publicaciones que es una persona de valores popularmente llamados "tradicionales", muy conservadores, y entiendo que es un apersona catolica, lo respeto a pesar de qu eno comparto su credo.
Como persona de fe cristiana(soy metodista) estoy encontra de que alguien se arrogue la facultad de quitarle la vida a otro. Como estudiante de derecho(abogacia), entiendo que en muchos paises de latinoamerica este es un delito, penado en unos mas severamente que en otros, en mi país Chile, esta conducta no se permite en ninguna de sus faces ni practicas, aún el aborto terapeutico es un delito.
sin embargo, tambiencomo persona de fe, creo que una de las bases del cristianismo es el "libre albedrío" junto con el arrepentimiento, por tanto creo ferreamente que debemos ser tolerantes con lo sque no comparten nuestras visiones. No tengo ningun inconveniente con la Legalización del Aborto, creo que lo oposición historica de la iglesia Catolica, suena mas a un deseo de dirigir la vida moral de la sociedad, y creo que esta mal.
Como seres humanos debemos tener la libertad moral para poder elegir que nos parece mejor para nuetsras vidas, si alguien desea abortar, cosa que no apoyo, debe tener las condiuciones higenicas necesarias para poder continuar su vida, y el Estado debe proveerlas...
Ruego a Dios que esta practica no existiera, pero dejeme comentarle que es tan antigua como la copulación misma...
Si la Iglesia no quiere ver abortos, que plantee politicas de Educación Sexual mas directas, que prevengan los embarazos no deseados. Esta bien que promuva la abstinencia, pero paro los que tiene vida sexual activa, cuales son sus propuestas??? no sería mas prudente y sensato promover el uso del preservativo, si queremos proteger al hombre como creacion divina, y axaltarlo como semejanza dle creador, protegiendolo y mostrandole los caminos, pero permitiendole elegir...
le recuerdo que nuestro Señor Jesucristo no obligo a nadie a que le creyera, solo entrego su mensaje e invito a que lo siguiera quien lo sintiera en su corazon. El señor Obispo deberia recordar eso, ya que en si entrevista parece olvidarlo..

pd: si desea le dejo mi msn snakearian@gmail.com

nos leemos, saludos, bye

david-. dijo...

Muy bien, carajo: ¿por qué no aprenderá Hugo Valdemar a hablar así, en lugar de las tonterías que suele decir?

Anónimo dijo...

jajajaja te encanta la controversia verdad Jaime?

omitire mi comentario por que voy a ser sincero, no se cual sea mi comentario, estoy a favor y en contra y no estoy ni a favor ni en contra, la neta tendria que ponerme a pensar mucho mucho, en muchas situaciones circunstancias y de mas cosas.

Anónimo dijo...

bueno aver espera voy a ser mas claro, si fuera mi caso, no nunca abrotaria, yo nunca lo haria, pero creo que hay casos que deben pensarse mas.

Blascone dijo...

Libre Albedrío? Estimado Snakearian, con todo respeto permíteme diferir de tu opinión. Jesucristo, a lo largo de su vida nunca obligó a nadie a convertirse ni a dejar su comportamiento pecaminoso, en eso estoy totalmente de acuerdo. Pero el respetar la libertad (Que Dios nos dió y que sería una enorme contradicción cancelarla cuando le "conviene"), no le quitó las oportunidades de denunciar lo que estaba mal. Al menos que te hayas saltado algunas partes de la biblia, me consederás que muchas veces él nos llamó "Raza de víboras", o "apártate de mí, Satanás". Nunca forzó a nadie a segurilo, pero sí condenaba a los que no lo hacían porque sabía que estaban en el camino equivocado. Ahora, estoy de acuerdo que nosotros, todos los que formamos parte de la Iglesia Católica, no nos podemos poner a juzgar a los demás por sus acciones ya que todos tenemos cola que nos pisen, pero sí podemos luchar por algo en lo que creemos, y que consideramos que le hará un gran daño a la humanidad. Yo respeto a las personas de opiniones diferentes, pero eso no quiere decir que deba aceptarlas o vivirlas, porque entonces me convertiría en una hipócrita, y cuando algo no me parezca lo voy a decir... es algo que se llama libertad de expresión, a la que también todos tenemos derecho, ¿o no? Dices que los católicos obstruímos la libertad de decisiones... Perdón, pero ¿en qué momento estamos obligando a la gente a que no aborte? Expresamos nuestro sentir y ejercemos nuestra libertad, esa misma que tú estás defendiendo y sin embargo quieres quitarnoslo a nosotros por tener cierta manera de vida. Cada uno es libre de hacer de su vida un papalote si quiere, pero el respeto a la decisión no implica un acto de indiferencia hacia el mundo. En ese caso, ¿por qué existen las leyes si todos somos libres de hacer lo que se nos venga en gana? Y aún así tú estudias derecho, porque crees en la justicia que no sería posible sin la abogasía. Todos necesitamos una guía, un camino que seguir LIBREMENTE, y eso es la Iglesia Católica para los que pertenecemos a ella. ¿Por qué no promover los anticonceptivos pra las personas con una vida sexual activa? POrque sería una incoherencia, ¿no crees? Sería como decir: LA ley dice "no matarás", pero ¿cuáles son las propuestas de un abogado para aquellos que sí lo hacen? Con todo respeto pero eso a mí me suena a una total contradicción y una falta tolerancia. Hoy en día el ser culto es criticar todo lo tradicional y aceptar la forma de vida libertina. ¿No acepta a los homosexuales? ¡Qué cerrado!¿Fuma marihuana? De seguro es un intelectial... qué triste... eso no es tolerancia, eso es falsedad y conveniencia. LA iglesia predica algo, y por tratar de ser coherente con el estilo de vida que propone, la llaman anticuada y conservadora... Yo la califico de valiente por mantener sus ideales contra corriente.

Perdón JAime por el comment tan largo jeje.

Anónimo dijo...

De nuevo se escuchan las voces de la ultraderecha y las altas jerarquías de la Iglesia católica que utilizan y repiten ad nauseam el único seudoargumento que tienen para oponerse a y condenar el aborto en cualquiera de sus modalidades: la vida (humana) comienza desde el momento de la concepción y, por lo tanto, el aborto, al ser una interrupción del proceso vital, es un homicidio.

Por una obligación moral ante la sociedad, es necesario hacer un esfuerzo para explicar por qué las afirmaciones de los señores de El Yunque, los Rivera Carrera y los Serrano Limón, de Pro Vida, son totalmente falsas y reveladoras de la más profunda de las ignorancias.

El seudoargumento arriba citado se basa en una completa confusión entre lo que es vida y lo que es un individuo biológico. Si bien no existe hasta el momento una definición de vida clara y tajante, admitida unánimemente por todos los científicos, sí se admite desde hace casi dos siglos, cuando Theodor Schleiden y Mattias Schwann emitieron su teoría celular, que existe una unidad mínima de materia viva que puede existir de manera autónoma a las demás. Esta unidad es la célula. Todo ser vivo está compuesto de pequeñas unidades de vida llamadas células. Algunos seres vivos, llamados unicelulares, al mismo tiempo que son una célula, son el individuo biológico, pero solamente ellos.

Aceptada esta verdad elemental, vemos que en el ser humano, tanto espermatozoides como óvulos son células, unidades de vida al igual que las neuronas, los leucocitos, los hepatocitos o los odontoblastos. Cuando un espermatozoide fecunda a un óvulo, se forma una nueva célula, distinta a las dos que le dieron origen, pero sigue siendo una célula. La diferencia fundamental es que esa nueva célula contiene la información genética de los dos potenciales progenitores del individuo que está por producirse, pero que aún no lo es. El hecho de que esa célula-huevo sea el resultado de esa fecundación del gameto femenino por parte del masculino, no le confiere el estatus de individuo biológico, pues no puede sobrevivir de manera independiente a quienes sí son individuos biológicos: la madre y el padre. Solamente los individuos biológicos pueden desarrollarse y sobrevivir de manera independiente a otros de su misma y de otras especies, gracias al proceso de diferenciación y especialización de sus partes. En el caso de los vertebrados superiores, grupo al cual pertenece el ser humano, ni embriones ni fetos pueden considerarse individuos biológicos pues carecen del desarrollo que les permite alcanzar esa independencia en su existir, aunque estén compuestos de células y, por lo tanto, haya vida en ellos, pero no individuación. Por esa sencilla razón, la destrucción de una célula o un conjunto de células cualquiera del ser humano no puede ser considerada un homicidio.

Si la tesis antiabortista de la ultraderecha fuera correcta tendríamos que extenderla a cualquier modalidad de pérdida celular. Cualquier hemorragia sería un asesinato de células del tejido sanguíneo y tendría que ser sujeto de persecución legal, en algunos casos con la atenuante de la involuntariedad del "homicidio", como en la menstruación, pero no lo sería así en el caso de la pérdida de células del tracto bucal expulsadas en un escupitajo, o en la extracción de una muela, menos aún en la amputación de un miembro. En todos esos ejemplos existe una masiva pérdida de células de uno u otro tipo. Hay pérdida de vida, a veces consciente y voluntaria. ¿Han de considerarse estos casos como asesinatos? ¡Vaya ridiculez! Hasta se sonroja uno de pena al tener que estar ocupando espacio en un diario serio como este para explicar cosas tan elementales a personas tan ignorantes como las que conforman la ultraderecha de este país.

En fin, cada una de las "discusiones" que se tienen cuando se intenta despenalizar el aborto es una confrontación de la verdad y el saber contra la mentira y la ignorancia. Inevitablemente la ultraderecha se ubica en el segundo bando. Ningún legislador puede hacer la mínima concesión a la ignorancia; esto, en estos momentos, incluye en primerísimo lugar a los legisladores del Distrito Federal, quienes tienen la obligación de perseguir el bien público combatiendo el fanatismo y la ignorancia. La despenalización del aborto debe extenderse... Ya.

Julio Muñoz Rubio


Le pido una disculpa Sr. Tovar por haber ocupado gran parte del área de comentarios con este, -tal vez para algunos- "risible" aporte del compañero Muñoz, sin embargo, me parece de vital impotancia rodearse de la mayoría de posturas acerca de este tema tan polémico como el que ud. plantea. Ya entrando en mi opinión personal, solo me cabe agregar lo que continua:
dentro de mi corta travesía a lo largo del conocimiento científico-biológico le puedo decir que estoy total y absolutamente de acuerdo con el argumento expresado con anterioridad aunque con esto se marcan pautas para mayores cuestiones moral-social-espiritual-científicas que se desarrolan dentro de mi sistema neuronal, así que me limito a tales líneas y sobre todo recalcando el respeto hacia los mal llamados "ignorantes" por parte del Sr. Muñoz ya que eso puede tomarse como intolerancia rozando la barbajanería.

Le envío un fraternal saludo.
Néstor Ch.R.

Anónimo dijo...

Cada persona es un individuo, y como la palabra lo dice cada quien es un universo capas y libre de hacer con sigo mismo lo que quiera. La sociedad es el medio, no podemos pedir que todos los universos se comprendan y hacepten sus realidades pero podemos esforzarnos a no tratar de entender, pues no estamos listos, sino a haceptar que son diferentes.

Saludos